Atónito y cabreado, asistí ayer al carrusel de titulares en los telediarios de la noche de todas las cadenas que hablaban de la misma noticia: La niña afgana que recibió el alta médica tras meses de tratamiento de las gravísimas quemaduras que una bomba de fósforo blanco le causó, la misma que destruyó su casa.
Las imágenes eran sin duda obra de un impávido experto en imagen; Los médicos militares americanos amabilísimos, la enfermera con uniforme militar echando unas lagrimillas porque va a echar de menos a la niña, muchas imágenes del rostro desfigurado de la pobre criatura, y ya para terminar, la niña paseando junto a la enfermera en un pasillo adornado con la bandera de barras y estrellas… Hollywoodiano, o más bien, Orwelliano.
Es que yo alucino, atacan una casa civil con fósforo blanco, y luego quedan como dios porque le hicieron unas operaciones a una niña que no tenía porque sufrirlas, y todos los medios de comunicación haciéndoles la propaganda, ¡¡es que es flipante!!
La “alianza” está cometiendo atrocidades, está matando a decenas de civiles cada mes “por error”, que si bombardean una boda en la que matan a 80 (El mismo día que mueren 2 soldados españoles y va la ministra a buscar los cadáveres y medio gobierno viene a Santiago a recibirlos, lo cual me parece fenomenal y justo ¿pero a los 80 inocentes muertos que les den morcilla?), que si un caza dispara contra un convoy de ayuda humanitaria porque ¿Pensó? Que eran Talibanes, que si abren fuego por la noche contra una aldea y matan a 50 y luego lo arreglan diciendo que se habían refugiado unos fugitivos allí.
Es que me da supremo asco la hipocresía de esta gente, hacen lo que les sale de los mismísimos con total impunidad, y no se conforman con eso sino que aun quieren quedar de santos.
Me alegro mucho de que la pobre criatura haya salvado algo de vida (porque se la han destrozado), pero al mismo tiempo me repugna que la sarta de imbéciles con uniforme la utilicen para lavar su asquerosa y asesina imagen.