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12.5.09

Dudas acerca del caso Palomino

Durante el pasado fin de semana hemos podido ver, en los diferentes medios de comunicación, las escalofriantes imágenes del asesinato del joven Carlos Palomino, de 16 años de edad, ocurrido ya hace dos años.


Pienso que las imágenes por sí solas hablan, y que poco hay que añadir acerca de un asesinato obviamente ejecutado con sangre fría e incluso con orgullo y regocijo por parte del tal Josue, un militante ultra de 23 años, pero lo que me provoca alguna duda es la profesión del asesino: Militar del ejército de tierra.

No tengo dudas sobre que el perfil del asesino es una excepción dentro del ejército, de lo que dudo es de cuánto de “excepcional” tiene este sujeto dentro de la institución militar, y lo que es mas importante: ¿Cómo puede un sujeto así ser admitido en el ejército?

El tal Josue es un militante de la ultraderecha confeso y orgulloso de serlo, es un tipo xenófobo, violento, antidemocrático, intolerante, etc. Y todo lo anteriormente citado no ha impedido que ingrese en el ejército y se mantenga allí con todo lo que conlleva tal ingreso como adiestramiento y acceso a armas y explosivos ¿Es que no hay un peritaje psicológico previo al ingreso en la milicia que pueda detectar que un tipo así es un peligro para la sociedad y para el mundo entero?

Ahora que está tan de moda publicitar a los ejércitos occidentales como si fueran ONGs me pregunto si la certificación de la existencia de canallas como este dentro del ejército explica la gran cantidad de abusos y atropellos de los derechos humanos contra la población civil en misiones exteriores (aparentemente humanitarias), y que muchos de los cuales no llega a la luz pública al detalle y son archivados como “Perdidas civiles lamentablemente inevitables”. Por el amor de dios ¿como puede alguien creerse que un tío como este, abiertamente xenófobo, pueda prestar ayuda humanitaria de Afganistán, por ejemplo? Y vuelvo a admitir el hecho de que es una excepción, pero el hecho de la pertenencia de un calandraca de tan obvias maneras en el ejército es una vergüenza nacional, aunque sea sólo uno, y por desgracia me consta que no es sólo uno.

Esperemos que la dolorosa muerte de Carlos Palomino sirva para fortalecer la conciencia política, jurídica y social sobre la necesidad de echar a estos criminales fascistas de la sociedad como paso siguiente a haber sido echados de la historia.


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