Por una mayoría de 21 votos frente a los 11 que
consiguió su rival George Sabra en la votación celebrada en la
reunión del Comité Ejecutivo hoy en Roma, el académico Burhan
Ghalioun ha renovado su mandato al frente del Consejo Nacional Sirio,
principal plataforma opositora.
La reelección de Ghalioun ya ha suscitado críticas y
reacciones de enfado en una opinión pública opositora que ve con
creciente desagrado el papel que está teniendo el CNS en la
revolución contra la dictadura de Bashar Al-Asad, y la opinión
mayoritaria entre los afines al CNS giraba en torno a la necesidad de
hacer cambios en la configuración y actividad del CNS, y dichos
cambios pasaban, al menos en lo que a imagen se refiere, por el
cambio de presidente.
Sin duda que las filias y fobias de las potencias
regionales e internacionales juegan un papel relevante en la
estructura y toma de decisiones de un CNS afincado en el exterior y
que hace de las relaciones internacionales su campo de trabajo para
acrecentar las presiones contra el régimen, y esto ocurre a costa
del abandono del interior, donde la influencia y operatividad del CNS
es muy cuestionada por ineficaz.