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| Puerta principal de la Universidad de Aleppo, ayer |
Tras el enorme rechazo que suscitó su reelección al frente del Consejo Nacional Sirio en la opinión pública opositora, Burhan Ghalioun anunció ayer, mediante comunicado, que deja el cargo en cuanto el principal ente opositor acuerde un sucesor, ya sea mediante nuevas elecciones o por consensos entre los grupos y partidos que conforman la coalición.
El rechazo a Ghalioun era, en gran parte, un rechazo al inmovilismo de una entidad que parece incapaz de seguir trabajando tras el fracaso de las tesis de sus principales grupos en lo que a conseguir una intervención internacional en Siria se refiere. Su trabajo a nivel del terreno es escaso y no ha garantizado ni la organización ni la disciplina de las milicias del Ejército Libre de Siria, y los enfrentamientos verbales -vía TV- con los mandos militares de las milicias opositoras son bastante frecuentes. El único logro del CNS, y al que se dedicó de lleno, fue conseguir ser reconocido como Representante Legítimo del pueblo sirio por parte de los países miembros del Encuentro de Amigos de Siria.
Queda por ver como se comportarán los Hermanos Musulmanes, que habían apostado por la continuidad de Ghalioun (junto con Turquía, Qatar, y Francia; las principales potencias patrocinadoras del CNS). Es poco probable que ofrezcan un candidato de sus propias filas pese a ser el principal grupo dentro del CNS ya que, siguiendo su habitual “pragmatismo”, prefieren no estar en el escaparate por temor a que el CNS sea identificado como grupo islamista por la Comunidad Internacional, y también porque no quieren estar, como partido, en primera fila frente a las enormes críticas que recibe el CNS por parte de la opinión pública siria, lo cual los desgastaría y minaría mucho sus opciones en la Siria post- Asad. Por otro lado, es también poco probable que apoyen a George Sabra, del Partido del Pueblo (Antiguo partido comunista- Bureau Político), que es el candidato favorito de las coordinadoras locales y lleva a su favor ser cristiano, lo cual ayudaría a tranquilizar a las minorías. Si Sabra y su partido siguen adelante en su intento de hacerse con la presidencia del CNS y los HHMM no reorganizan su estrategia es muy probable que esta débil y políticamente antinatura coalición esté viviendo sus últimas semanas.
Ajenos al ruido de entre bambalinas del CNS, los estudiantes de la Universidad de Aleppo se han sobrepuesto al cierre temporal de sus facultades (y permanente de sus residencias universitarias) y a la conversión del campus en un auténtico cuartel y le han organizado una bienvenida (vídeo arriba) al comité de observadores de la ONU, que visitó el campus ayer, muy digna de la ya rebautizada como Universidad de la Revolución. La concentración de miles de alumnos duró más de cuatro horas en varios puntos del campus aprovechando que la presencia de los observadores impedía a las fuerzas de seguridad atacarles, pero aun así al final hubo una brutal carga policial cuando los estudiantes intentaron salir de la zona del campus hacia una de las plazas principales de la ciudad, carga de la que el convoy de la ONU fue testigo (abajo un vídeo captado desde dentro de uno de los coches del convoy, que fue grabado por un estudiante que se refugió con un compañero herido en él y logró sacarlo de allí).
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La sensación de que la oposición política y el movimiento popular (ya sea su parte civil y pacífica como el componente militar) viven realidades diferentes es una de las grandes preocupaciones en la política del país.