Todos lo sabían, sobre todo los familiares de los muertos, que recibían cadáveres vacíos de órganos (eso si es que los llegaban a recibir), lo denunció un periodista sueco y sufrió el más feroz de los ataques mediáticos y legales (como siempre).
Ahora lo han tenido que admitir con la boca pequeña porque claro, no hay quien pueda buscar toda la verdad..
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