Un mojito en la Habana no emborracha, lo que sube a la cabeza de verdad es el agridulce sabor a Cuba, a historia, a gloria y declive, a dignidad y pobreza...
En la Habana el tiempo se para, o mejor dicho, corre de manera diferente al resto del mundo, siempre es una buena hora para perder el pensamiento en lo que ves, o en lo que, como dijo Ana Belén: "El tiempo te quitó".
En la Habana lloras y ries, puede que te estafen, que te engañen, incluso que te roben ( como en todo el mundo), pero incluso todo eso en la Habana es especial.
La Habana es alma con calles, edificios, museos, paladares, mercadillo y Malecón... La Habana por muy pobre que sea siempre será generosa contigo, siempre será cariñosa contigo... ni siquiera su lluvia moja...
Es surrealista que a un Compostelano le impresione la Catedral de la Habana, es ilógico que a alguien de Coruña le impresione El Malecón, incluso diría que es imposible que a alguien de Europa le guste algo de la Habana.... pero en Cuba la lógica clásica no existe.
Es realmente impresionante ver una vejez llevada con tanto orgullo y tanta dignidad, Cuba no es Fidel ni es Miami...no se compra con pesos convertibles ni con dólares...
La Habana es Compay... es La Bodeguita del Medio, es Capitolio, es El Vedado, es Miramar, Es una noche en vela contemplando el mar através del humo de un puro habano... es melancolía, alegría, tristeza y euforia mezcladas para formar un daiquirí de sentimientos opuestos que hacen que vuelvas intentando ser diferente en todo.
Ernestos.... El Estadounidense y el Argentino, os juntasteis al son de cantares guajiros para demostrar que no existen paises si no fronteras, que no existen nacionalidades sino complejos....soys omnipresentes en una tierra que ya se cansó de buscar la juventud eterna, pero aun así su corazón niño late al ritmo de Guantanamera...
Podría decir que en la Habana nació una filosofia y murió otra, se acabaron sentimiento y renacieron amores que todavía no habían muerto... pero lo que puedo asegurar es que desde hoy la lluvía de Compostela no es la única que moja mi corazón...
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Habáname
Mirando un álbum de fotos
de la vieja capital,
desde los tiempos remotos
de La Habana colonial.
Mi padre dejó su tierra
y cuando al Morro llegó,
La Habana le abrió sus piernas
y por eso nací yo.
Habana, Habana
si bastara una canción
para devolverlo todo
lo que el tiempo te quitó.
Habana,mi Habana
si supieras el dolor
que siento cuando te canto
y no entiendes que es amor.
Escuchando a Matamoros
desde un lejano lugar
La Habana guarda un tesoro
que es difícil olvidar.
Y los años van pasando
y miramos con dolor,
como se va derrumbando
cada muro de ilusión.
Habana, Habana
si bastara una canción
para devolverte todo
lo que el tiempo te quitó.
Habana, mi Habana
si supieras el dolor
que siento cuando te canto
y no entiendes que este llanto
es por amor.
Poema de Carlos Varela cantado por Ana Belén