Excelente reportaje de Mónica García Prieto en Cuarto Poder sobre la infraestructura sanitaria de la revolución siria en Quseir,
cerca de Homs. Allí, además de otras zonas de la provincia central
de Siria, se viven las batallas más feroces entre el Ejército del
régimen y las milicias del Ejército Libre.
El tema de la ayuda
sanitaria, tanto a los combatientes como a los simples manifestantes
pacíficos, ha sido crucial desde el primer día de la revolución,
ya que el régimen ha utilizado el impedimento del auxilio médico
como un arma más contra las crecientes protestas. Así, muchos
heridos no iban a los hospitales por temor a ser detenidos allí.
Esto no solo afectó a los hospitales públicos (llamados
"Nacionales" en Siria) sino también en los sanatorios
privados. Decenas de médicos han sido arrestados en todo el país
acusados de "Prestar auxilio a elementos subversivos al Estado”,
una acusación no solo contraria a la lógica humana y a la Ética
médica, sino que es incluso anticonstitucional en la propia Siria.
Aquí un ejemplo de la actitud del régimen: Una residente en un hospital público de las afueras de Damasco
(Omito el nombre por razones obvias) cuenta que, en una ocasión en
la que las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra una
manifestación en una zona cercana al hospital, un oficial de grado
alto apareció en el hospital dando la orden de no auxiliar a
cualquier herido que llegue y retenerlo hasta la llegada de una
patrulla para su detención. Ante tal petición la jefa de servicio
le dijo que se seguiría el procedimiento habitual en casos de
accidentes de tráfico o heridas por reyertas de ingresar al herido,
prestarle atención médica, y luego entregarlo a las autoridades, y
que a los heridos de bala hay que atenderles rápido para que no se
mueran. El oficial contestó, como quién lanza un chistes, diciendo
que si quisieran que estos “desgraciados” no mueran no les
habrían disparado.
[Un Hospital a la Fuga- Mónica G. Prieto]
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