Ayer, 12 de agosto, fue su cumpleaños. Hubiera cumplido 32 años de no haber fallecido repentinamente el 5 de marzo. Justo tras un año de haber salido de la cárcel, y 10 días antes de que el pueblo sirio se alzara reclamando su dignidad y su libertad.
De Karim Arbaji se podrían decir muchas cosas, pero la primera de ellas sería sin duda que era fanáticamente demócrata. Su infinita capacidad para dialogar incluso sobre lo indiscutible ponía nerviosos a muchos de sus amigos. El que escribe era, orgulloso de ello, un de ellos, de sus amigos y de los que se ponían nerviosos.
Sus textos y sus colaboraciones en el foro “Akhawia”, una de las primeras iniciativas juveniles y democráticas en la red a nivel sirio, dejan testimonio de una moralidad puritana libertaria y un espíritu de conciliación, por encima de ideologías y posturas políticas, alrededor de la idea de una nación, la siria, independiente y democrática. Su participación en la dirección de este foro, además de sus textos ampliamente difundidos en la red, le costaron su libertad durante más de 2 años y medio. Para el régimen sirio la gente como Karim no debe existir.
No bastando con el sufrimiento de la prisión, su salida de la cárcel fue dura. El fallecimiento de su padre, un horizonte económico y profesional oscuro, y otras preocupaciones personales le hacían la vida cuesta arriba. Pese a ello nunca perdió la ilusión, ni en lo personal ni en lo profesional ni en lo intelectual. Había “vuelto a las andadas”, pese al recelo de su familia, creando un blog al que llamó “Amarggi”. Estaba cantado que cualquier proyecto de Karim tendría ese nombre. Amarggi significa “Libertad” en sumerio, y es la primera palabra conocida con ese significado.
La vida de Karim se interrumpió debido a un ataque cardíaco la mañana del 5 de marzo en Beirut, a donde se había desplazado para abrir nuevos caminos profesionales. Un día antes me contaba por Gtalk que las cosas empezaban por fin a enderezarse.
Tuvo la despedida que se mereció como orgulloso damasceno. Sus amigos llevaron su ataúd blanco desde su casa hasta la iglesia entonando cánticos y bailando el ataúd (el entierro tradicional de un joven soltero para los damascenos). Aquel entierro no fue solo eso, fue un homenaje a un luchador por la libertad, homenaje no acabó el día del entierro. A los diez días Siria empezaba a gritar “Dios, Siria, Libertad”, y todavía sigue, 5 meses y 2000 muertos después.
Ayer fue su cumpleaños. Pronto, cuando el pueblo sirio alcance su ansiada libertad, habrá otra fecha marcada en la historia del país. De seguir vivo estoy seguro de que Karim cambiaría su cumpleaños a esta nueva fecha.
Vídeo: Recorrido del féretro de Karim hasta la iglesia.