Hay otro barco con ayuda humanitaria de camino a Gaza, el Rachel Corrie. La maquinaria de terror sionista puesta en marcha hace pocos días contra la flotilla de la libertad no ha impedido que siga habiendo gente dispuesta a romper el cerco, aunque sea arriesgando la vida. Gente con valores, con principios humanos, con ganas de que este mundo de escalones demoníacos de injusticia socia, económica y política cambie. Gente que no teme al fusil del cobarde ni al micrófono del demagogo. Gente que lucha.. Gente que ganará!
Me parece de lo más acertada la idea de bautizar este barco, de bandera irlandesa, con este nombre. Para quién no lo sepa, Rachel Corrie era una activista americana que murió en marzo del 2003 aplastada por una excavadora israelí mientras se oponía pacíficamente al derribo de casa de palestinos en la franja de Gaza. Su muerte podría haber tenido un efecto disuasorio para todos los que piensen en ir a los territorios ocupados a intentar ayudar a una población aplastada, seguramente Israel deseaba que lo fuera pero, por desgracia para ellos, no fue así. La dolorosa muerte de Rachel la ha convertido en todo un símbolo de compromiso humanitario de gente de todo el mundo, de países, ideologías, religiones o no religiones y tendencias diferentes, unidos por la voluntad de trabajar por un mundo más justo, un mundo menos cruel, un mundo mejor.
Rachel ha muerto, pero el barco que hoy se come las olas del mediterráneo camino a Gaza es una prueba más de que la muerte de la persona no ha significado la muerte del compromiso y la esperanza.
Israel ya ha anunciado que considera al Rachel Corrie como una amenaza y que actuará contra el como tal.. en su día También consideraron a Rachel Corrie una amenaza, y si tuvieran sentido común y dos dedos de frente se sentarían a reflexionar sobre lo mal que les salió eliminar a Rachel. Vencieron pero no convencieron, sólo consiguieron el apoyo de yonkees de la sangre y la pólvora. Quizás vuelvan a vencer pero tampoco convencerán, y sin no convencen van a ser derrotados… están condenados a ello.
Tenemos que ser un remo más de este barco, o unos caballos de potencia más en su motor, tenemos que ser una vela en su mástil con la cara de Rachel pintada en ella. Empujada por el viento del "Basta ya", del "No más barbarie". Tenemos que creernos que podemos, que la sociedad humana puede acabar con la injusticia y la barbarie..
Hoy, pese a los gritos de odio de los cuervos de la muerte… Rachel vive, y vivirá para siempre mientras haya quien crea que otro mundo es posible, y los hay, desde luego que los hay!