Ya estaba anunciado, el ejército sionista ha anunciado el abordaje al último barco de la flotilla de la libertad que quedaba libre e intentando llegar a Gaza. Por suerte parece que no hay víctimas esta vez. La tripulación del barco, de bandera irlandesa, habían decidido sentarse en la cubierta del barco si son abordados como forma de protesta pacífica y sin resistirse. Fue una buena decisión viendo como se las gastan los soldados sionistas y nadie quería más víctimas, ya hubo demasiada sangre hace unos días.
Cierto es que, confirmado el abordaje del Rachel Corrie, se da por finalizado el viaje de la flotilla de la libertad sin que ninguno de sus barcos haya podido llegar a la franja de Gaza. Esperemos que algún organismo internacional se preocupe de que las miles de toneladas de ayuda humanitaria que cargaban los barcos lleguen pronto y sin restricciones a Gaza, cuya población viene sufriendo desde hace ya más de tres años una grave situación humanitaria debido al férreo bloqueo impuesto por Israel con la colaboración necesaria del régimen egipcio de Hosni Mubarak y el silencio cómplice de las grandes potencias y organismos internacionales.
Si nos ponemos a analizar los resultados del viaje de la flotilla (a la espera de la confirmación del buen estado de la tripulación del Rachel Corrie así como el paradero de las ayudas que portaban los barcos) no podemos más que decir que fue una auténtica tragedia, nueve muertos y decenas de heridos son el resultado de la brutalidad con la que se ha movido un estado cegado por el odio y el empache de fuerza bruta y apoyo incondicional de los poderosos del mundo. Ha quedado claro que Israel no tiene ninguna intención de comportarse de acuerdo a la legalidad internacional. Hace lo que quiere y cuando quiere utilizando ya las cansinas excusas del complot mundial contra los judíos, excusa que utilizan principalmente para mantener aterrada a su población y dispuesta siempre a luchar sin piedad y sin pensar en ningún valor humano de ningún tipo. Cualquier asunto por muy pequeño que sea es visto por la paranoica opinión pública israelí como una amenaza existencial, incluso una flotilla de barcos con ayuda humanitaria.
La dolorosa experiencia de la flotilla de la libertad ha puesto el foco otra vez más sobre la difícil situación que vive el pueblo palestino bajo el asedio y la ocupación de un ejército que se cree omnipotente y con carta blanca para todo, absolutamente todo. Hay que poner todo el esfuerzo y énfasis necesario para que la muerte de los 9 tripulantes del Mavi Marmara no hayan sido gratuitas. Hay que perseguir a los criminales en todos los sitios, para que sepan que no pueden hacer lo que les venga en gana sin consecuencias ni cuentas.
Esperemos que dentro de muy poco tiempo ya no sean necesarias más flotillas de la libertad para el pueblo palestino.. mientras tanto, seguiremos incordiando a los mercaderes de la muerte y el terror.