Hoy, jornada de reflexión preelectoral en las tierras herederas de Breogán, descansamos tras una campaña electoral que, para mi gusto, fue de la mas descafeinadas, estériles y aburridas que recuerde, y aun por encima sucias, muy sucias, cosa que no es nada nueva aquí.
El bipartito se juega la continuidad y pretende hacer la épica de prometer en 15 días lo que no hizo en 3 años y medio salvo raras excepciones, casi todas procedentes del sector “bloqueiro” de la Xunta (para mi gusto, claro).
Touriño, fiel a su incoloro y triste talante, con tal de no molestar en Madrid no ha hecho mas que imponer el silencio, casi igual que Fraga cuando sólo iba a la capital para rendir pleitesía al gobierno “de las Españas”.
Quintana y su medio renovado Bloque han hecho algo más, tampoco mucho, pero por ejemplo hicieron un pacto “a la catalana” con Zapatero en el famoso intento de recusación de Magdalena Álvarez, cuando votaron en contra a cambio del compromiso central de fomentar una serie de proyectos, precisamente los que Touriño no se atrevió a exigir de otra manera. Dicha maniobra tampoco es que me guste ya que me parece bastante patético tener que recurrir a torcer el brazo de alguien para que cumpla con su deber de mirar por Galicia, esta parte de España que en Madrid sólo se acuerdan de que lo es para atacar al que diga lo contrario.
Aparte de maniobras madrileñas, las consellerías del bloque funcionan algo mejor y lo poco que se hizo, sobre todo en materia sociocultural, lo ha hecho el Bloque.
En fin, mucha gente desilusionada no irá a votar mañana, mientras la derecha ya afila los cuchillos, y bastante gente, entre los que me encuentro, iremos a votar al “mal menor”, a ese bipartito que tanto ilusionó cuando le dio puerta al ministro franquista reciclado. Votaremos porque no hay otra, no hay alternativas, el resto de partidos, entre ellos izquierda unida, están muy damnificados por la injusta ley electoral y la dictadura del voto útil, pero me da a mi que esa dichosa ley electoral es también una excusa para tapar agujeros internos y justificar el inmovilismo y la apatía (como por ejemplo, la página de IU de Galicia estuvo sin actualizar muchos meses, desde las generales hasta hace muy poco).
Lo dicho, todo menos Feijoo.. y mañana ¡A votar!