El jueves pasado se cumplió en Siria,a nivel nacional, un gran temor que ya llevaba meses siendo realidad en muchas provincias: Se apagó internet. El régimen ha decidido que la mejor manera de combatir la ineficacia de su bloqueo informativo es cortar la red, la herramienta que hizo imposible convertir a Siria en lo que quería el régimen (y sus aliados y apologistas): Un auténtico agujero negro informativo.
No es la primera vez que se cortan las
comunicaciones a nivel nacional. Ya en los primeros meses de la
revolución era muy frecuente que la red dejase de funcionar los
jueves y los viernes, y así intentar entorpecer el uso de la red
para convocar movilizaciones, y también impedir que se difundan
imágenes y noticias sobre las mismas. Luego pasó a ser frecuente el
apagón en las zonas donde el régimen ejecutaba operaciones
militares o campañas de detención, y estos apagones podían durar
semanas. También hay que tener en cuenta el daño en las
infraestructuras, sobre todo en las zonas liberadas, donde se
ha utilizado la táctica de tierra quemada por parte del ejército
contra todo lo que podía ser reutilizado por los rebeldes, y otras
infraestructuras fueron dañadas intencionadamente por los rebeldes
al no poder utilizarlas.
Casi todos los internautas sirios
tienen un buen grado de experiencia en el trato con la mentalidad
policial que dominó desde siempre la administración de las
comunicaciones por parte del régimen. No hacía falta ser activista
opositor para tener experiencia en burlar los bloqueos del régimen a
páginas y servicios como Wikipedia, Hotmail (durante la primera
mitad de la última década), Facebook, etc.., y esta experiencia
valió para salir adelante, en la medida de los posible, durante la
revolución, siempre y cuando el bloqueo fuese de software. Para
bloqueos más difíciles de tratar como el corte de la red o la
destrucción de infraestructuras hubo que buscar otras alternativas
como el uso de aparatos de internet vía satélite o el anclaje a
redes de países vecinos en caso de las zonas fronterizas, pero ambas
opciones tienen en contra su altísimo coste económico, lo que
conlleva que solo las utilicen, y de manera muy economizada, las
coordinadoras o los centros de prensa de las agrupaciones locales.
Esta es la única manera que nos permite ahora saber algo de lo que
está ocurriendo en el país.
Diseño con recortes de frases de Aquí Siria |
Ante esta situación, los sirios en la
diáspora lanzaron Aquí Damasco (هنا
دمشق), un eslogan que se propagó rápidamente por
las redes sociales como manera de protesta por el apagón cibernético
y que sale emulando una historia que siempre fue utilizada como
ejemplo de solidaridad árabe: Durante la Guerra de Suez en 1956 (
Agresión Tripartita para los árabes) la aviación de la coalición
británico- franco- israelí atacó las torres de emisión de la Voz
de los Árabes, la emisora oficial del Egipto de Nasser y símbolo
sonoro del panarabismo cuya apertura habitual Aquí El Cairo
era emblemática, lo que provocó el corte de la emisión, y como
gesto simbólico de solidaridad con el país hermano agredido, Radio
Damasco abrió la emisión de sus informativos con la frase Desde
Damasco, aquí El Cairo. Siria en aquel entonces vivía gobernada
por un régimen bastante débil, lastrado por una cadena compulsiva
de intentonas golpistas, pero era también una época de democracia
parlamentaria y libertad de prensa. En el poder estaba Shukri
Al-Quatley, prohombre de la independencia y único presidente
democráticamente elegido en la historia de Siria.
Desde que el jueves, miles de sirios residentes en el exterior han colgado en sus perfiles la frase Desde (lugar de residencia), aquí Damasco. la imagen que se puede ver en el Timeline de cualquier sirio en las redes sociales es de un auténtica red simbólica suyos hilos comenzan en infinidad de países y ciudades y convergen en Damasco. Comienzan a salir también expresiones artísticas del fenómeno (videos, diseño gráfico, fotografía) que se suman al amplio historial de arte de protesta que ya tiene Siria.
Los valores de la historia que rescata
Aquí Damasco provocan que este fenómeno cibernético sea más que
un TT en Twitter o una frase recurrente en Facebook. Es la vuelta a
la conexión con valores que a veces han quedado mitigados por la
violencia desatada en el país, conexión que ha de durar, al menos,
hasta la vuelta de la conexión de internet a Siria, o incluso hasta
la vuelta de la conexión con la libertad y la dignidad de un pueblo
maltratado durante décadas.