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8.10.12

No sé qué escribir

 
Aleppo: Cuidado con el francotirador

Ésta podría haber sido una vez más de entre tantas veces que he abierto una hoja para escribir un post sobre Siria antes de cerrarla sin haber escrito ni una letra. Las dos diferencias esta vez son que quiero mencionar, agradecer, y recomendar el trabajo de mi amigo Antonio Pampliega, que se está jugando la vida entre los escombros de lo que queda de Aleppo para que sepamos algo de lo que está pasando en la segunda ciudad de unos harapos que antaño eran un país. Antonio, junto a otros compañeros, está ejerciendo de manera brillante y valiente un oficio que hoy en día es excesivamente maltratador, y él mismo nos lo cuenta en este texto, que junto con su crónica de hoy desde el hospital Shifa me han deprimido aun más. Mi padre trabaja en un hospital homónimo que está a solo 195 km.

El otro motivo por el que esta vez sí escribo es, eso, que no sé qué escribir.

Cada día son más de un centenar largo de víctimas mortales (muchas veces un par centenares), la mayoría de ellos son civiles, cientos de casas machacadas por morteros, obuses y barriles*. Digo casas como también podría decir calles, jardines, colegios, hospitales, zocos, incluso ¡Joder! Cárceles, ¿Hay algo más surrealista que morir bombardeado en una cárcel?. La situación de largo periodo de barra libre de sangre lleva, como siempre, a que el panorama esté muy podrido. Millones de sirios lo están pasando terriblemente mal, y estos son los afortunados porque, por lo menos, sobreviven, la política está de sobrado; el régimen, directamente, no la usa, y los diferentes grupos de la oposición están demasiado ocupados en tejer artimañas para ponerse zancadillas los unos a los otros en su carrera, con obstáculos, hacia el precipicio. Sobre el terreno, aparte de los grupos de Maquis aparecen grupos extraños de yihadistas mezclados con bandas que, con secuestros y saqueos, están haciendo de la guerra su agosto. En lo que a panorama internacional se refiere la cosa no va mucho mejor, ya que volvemos a jugar a un sucedáneo de Guerra Fría con Siria como, de momento, invitada estrella a la pelea de gallos.

Lo que os decía.. que no sé qué carallo escribir.

Me tomo lo de escribir en árabe como algo más militante, más de repartir hostias como panes, esa definición que tanto le gusta a Leila. Por ahora, y hasta nuevo aviso, me sigue pareciendo útil ejercerlo; intentar dar un punto de vista lo más escorado a los desfavorecido y más molesto a los jugadores locales, regionales e internacionales de ajedrez humano bañado en sangre , molestar a islamistas al tiempo que se le da cera a los que justifican con la laicidad su apoyo al tirano sanguinario, criticar el papel de las potencias regionales e internacionales en el país a la par que ridiculizar a los que disfrazan su apologismo de la dictadura con geopolítica estéril, denunciar errores y crímenes cometidos por la resistencia armada a la vez que maldigo a esta sarta de desalmados que equiparan víctima y verdugo para explicar que todo para ellos es relativo.

En definitiva, como diría Alberto Arce, estar en el lado de Orwell, no en el de los cerdos..

No oculto que tengo muchas más fuerzas para escribir en árabe que en castellano por muchos motivos, y no deja de ser uno de ellos el hecho de que respeto más al que me odia por lo que me lee con la lógica del que viven en Siria o Líbano o Jordania o cualquier otro país árabe, aunque no viva allí, que el que lee desde fuera algo ajeno, que al fin y al cabo le da un poco igual. El primero se juega algo, y sus motivos tendrá para odiarme, como yo los tendré para provocar que me odie, pero es un digno rival. Sin embargo, hacer de tripas corazón y ponerte a escribir sobre Siria en castellano para que te venga un antiimperialista de MacBook, que seguramente no tiene ni puñetera idea de donde queda Siria a enseñarte como ser sirio y como hay que comportarse como tal. Me había obligado a aprender a tomármelo a risa, pero no pude. Toca mucho la moral, muchísimo, y seguramente alguno verá esto como una muestra de poca capacidad democrática. Bien. No lo discuto, pero me gustaría ver a ese demócrata de turno reaccionar hacia quién le venga con teorías de la conspiración ante la idea de que su familia, su casa, sus amigos y sus raíces estén merced de un tirano fascista de los que hacen historia. Cuéntame, demócrata..

Esto que digo no significa que no tolere discusiones sobre la actualidad siria. Es cierto que no es fácil a veces, pero es legítimo y extremadamente necesario, pero esto es algo completamente distinto a tener que aguantar insultos y descalificaciones de iluminados varios. Que si eres siervo del imperios, que si eres un agente de desinformación.. y me limito a citar estos tecnicismo educados. Es curioso que aunque tenga 15 o 17 veces más lectores en mi blog árabe que en este, aparte de escribir para el grupo República y colaborar con otras publicaciones nunca haya recibido un email de insultos o cosas por el estilo en árabe, en cambio los recibo en castellano incluso en las épocas en las que no escribo nada aquí. El blog árabe tiene abiertos los comentarios, pero este no. No me da la gana de albergar ya no insultos a mí, sino a la lucha de mi gente.

Hay que decir que también recibo correo de gente que pregunta cosas, y siempre me gusta contestarles cuando siento que escriben con ganas de saber, aunque hayan formulado las preguntas a la defensiva. Bienvenidas son siempre las preguntas, incluso cuando a veces no tenga las respuestas.

Este sinsentido de texto es también una manera de intentar desbloquear mi capacidad para ponerme a escribir en castellano. Es necesario. No sois mucho los que os pasáis por aquí, pero creo que sois los suficientes como para tener que hacer un esfuerzo para daros un punto de vista más. No soy neutral ni pretendo serlo. Lo sabéis, y ruego que si algún día digo que lo soy me forréis a palos.

Eso, que a ver si pronto puedo escribir..

...

*: Los "barriles" (denominación popular. No tengo ni idea de cómo se llaman en argot militar) son un método de bombardeo utilizado por el régimen que consiste en dejar caer desde aviones unos contenedores cilíndricos de gran tamaño llenos de material explosivo y metralla (para causar más daño) con un detonador en la punta para explosionar nada más tocar el suelo. Son altamente destructivos y letales, y causan una gran onda expansiva. A veces los detonadores fallan y los barriles no explotan. Éste es un ejemplo.