Hay mucho material gráfico que ayuda a
ilustrar lo que lleva ocurriendo en Siria los últimos 18 meses, pero
creo que pocas fotos son tan gráficas (valga la redundancia) como ésta, la de laevolución cronológica de la vida de Houssam Armanazi, el
protagonista de este collage, que comienza con Houssam siendo un
chico sirio estudiando medicina en una universidad alemana, y termina
con él siendo un cuerpo sin vida de un combatiente del Ejército
Libre en el rural de la provincia de Idleb.
Houssam volvió a Siria días antes de
que estallara la revolución a mediados de marzo de 2011, y fue
arrestado pocos días después para ser liberado un mes más tarde.
En la cárcel fue torturado y vejado, y esto marcaría muy
profundamente lo poco que vivió después. Tras ser liberado, su
familia le presionó para que volviese a Alemania a retomar sus
estudios, y así fue, pero esto no le supuso la desconexión de una
revolución que se iba calentando en todos los sentidos. En Alemania
participó muy activamente en todos los esfuerzos de los sirios en el
exilio, tanto en Alemania como en el resto de Europa, y en la red
fundó Halawa y Aceitunas*, una página donde se visibiliza elsufrimiento de los presos políticos sirios (sobre todo los jóvenes)
durante y después de la experiencia de la cárcel. Poco después de
esto dejó Alemania y se convirtió en voluntario en los campos de
refugiados en Turquía. No se quedó ahí, y con el aumento de la
brutal violencia ejercida contra la población civil, en especial en
la zona rural de Aleppo e Idleb, decide dar el salto al interior del
país y se alista en la resistencia armada. Falleció el pasado 31 de
julio.
Este chico es un ejemplo entre miles, o
incluso millones, de historias de cómo la violencia de un régimen
asesino llega a golpear los diagramas de la vida de la gente, de cómo
te obligan a ser lo que no eres, y lo que probablemente no estás
preparado para ser. No estamos hablando de radicalización alguna
(sobre todo de los sentidos más planos y superficiales del término)
sino de que una vida, de entre millones, repito, gire tan bruscamente
antes de que sea liquidada. Ambas tragedias, el giro y la
liquidación, tienen un culpable: El que no se atrevió a defender su
soberanía como Estado ante agresiones y ocupaciones extranjeras,
pero le encanta de sobremanera ejercer la más toxica de las
soberanías contra su propia población.
….
*: La Halawa es una especie de turrón
que forma parte, por barata, de la dieta de las clases más
populares, y junto con las aceitunas es el menú cuasi diario en las
cárceles sirias. De ahí que su acertada elección como nombre de
una página que habla de la prisión como experiencia humana.