20.7.10

Siria prohíbe el Nikab en sus universidades

nikab

La opinión pública siria lleva días ocupada con las polémicas declaraciones de Ghiath Barakat, ministro de educación superior, en las que anunciaba la prohibición del acceso a los campus universitarios sirios a las estudiantes que lleven Nikab (velo integral) con la intención de "preservar los valores académicos sirios y erradicar los síntomas de extremismo de una sociedad conocida por su moderación y aperturismo". Hay que señalar que la polémica y la reacción de diversos sectores de la sociedad siria tanto a favor como en contra es de por sí noticia en una sociedad muy poco dada a discutir y polemizar… por razones obvias.

Hay reacciones para todos los gustos, desde el rechazo tajante a la decisión desde los sectores más conservadores hasta la aprobación y celebración de la decisión en términos que se podrían atribuir perfectamente a la derecha europea. Claro que en medio hay infinidad de opiniones que tratan y discuten tanto el fondo como la forma de la decisión.

El tema del Nikab lleva semanas en el primer plano de la discusión pública tanto en medios de comunicación (sobre todo digitales) como en redes sociales desde que el ministro de educación anunciara el traslado de más de 1000 maestras y profesoras que utilizan el Nikab a puestos administrativos lejos del campo de la enseñanza.

Siria no ha sido ajena ola de islamización que surgió en toda la zona en las últimas dos décadas y que ha encontrado su auge tras el 11-S y la invasión de Irak, esta corriente de conservadurismo religioso que llega en ciertos casos a cuotas de extremismo tiene diversos y muy complejos motivos como la atmósfera política internacional y la sensación de agobio por la hostilidad hacia el islam tras el 11-S o las graves desigualdades socioeconómicas (que son siempre caldo de cultivo para extremismos de todo tipo), también hay que citar la crisis de identidad que vienen sufriendo las sociedades árabes desde el desplome del proyecto progresista panarabista en la década de los 70 y que les ha llevado a refugiarse en identidades sub- nacionales como la religiosa o la sectaria (alentadas por poderes político y económicos interesados en este nuevo orden). Esta islamización se ha hecho notar en la sociedad siria, que siempre ha sido moderadamente conservadora y que alberga a diferentes confesiones religiosas tanto musulmanas como cristianas que han convivido y conviven con bastante naturalidad, pero hay que decir que sus efectos en el país no son siquiera comparables a otros países vecinos.

Se podría decir que las decisiones del gobierno sirio son el reflejo de la preocupación de buena parte de la sociedad por el peligro que podría correr el modelo de estabilidad religiosa y convivencia interconfesional, pero no sería correcto pensar que este es el único motivo. La forma de anuncio de la decisión ante los micrófonos de la prensa por parte de un régimen no muy amigo del ruido mediático hace pensar que la decisión, en gran parte, está concebida para exportar, para vender al exterior. Muchos analistas insisten en la existencia de una campaña de relaciones públicas y de imagen para mejorar la imagen del país en el exterior y desmarcarse de la asociación con Irán en el lenguaje mediático occidental. La modélica moderación y secularidad de la sociedad siria y de las instituciones es un tema usado de manera recurrente en las declaraciones del presidente sirio y los altos cargos a la prensa extranjera.

No parece que el debate sobre la decisión de la prohibición del Nikab vaya a más sino que se espera que pase a un segundo plano en pocos días, pero no queda claro si la decisión servirá para acabar con un problema o para trasladarlo a otro sitio.. a las casas de las estudiantes que no podrán continuar sus estudios si no se desprenden del Nikab.

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