Muchas voces se han alzado desde la caída del régimen de Gadafi en libia pidiendo que Siria vaya por el mismo camino, es decir, convirtiéndo el levantamiento popular en un movimiento armado y solicitando la intervención extranjera. La inmensa mayoría del pueblo sirio rechaza estas opciones, así como las rechazan los principales movimientos y personalidades opositoras. Estas voces no dudaban en utilizar un inquietante chantaje moral en nombre de la gente que está sufriendo las barbaridades que comete el régimen. A esta gente se les ha acabado este discurso, ya que los Comités Locales de Coordinación (CLC), principal red de coordinación de manifestantes y activistas, han publicado un texto rechazando rotundamente las llamadas a las armas hechas por algunos opositores, así como asegurando que el camino hacia la fundación de la Siria democrática ha de pasar por el fin de este régimen con los instrumentos pacíficos y con el esfurzo de los sirios exclusivamente.
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