Ayer a la noche, las fuerzas
gubernamentales cometieron una de las masacres más horribles desde
el inicio de la revuelta en una aldea llamada Houla, cerca de la
ciudad de Homs. El balance es de al menos 88 fallecidos, la mitad de
ellos son niños de corta edad.
Las imágenes son escalofriantes, y se
pueden ver en la página de los Comités de Coordinación Local (no
son aptas para sensibles). Los comités, al igual que otras entidades
opositoras y organismos de DDHH, han denunciado que los observadores
de la ONU se negaron a desplazarse de urgencia a la aldea cuando
fueron avisados de lo que estaba ocurriendo allí, y han informado de
que ,posiblemente, irán hoy a examinar lo que ocurrió.
Si la misión de observadores de la ONU
en Siria tiene horario de oficina, la muerte y destrucción que
asolan el país no.